Estaban todos ahí, miles y miles
menos,
los perdidos en los hoyos negros de la maldad y el odio
eran ellos los mismos miles y miles
de los antiguos
y también de los nuevos
y de los que vienen en la barriga de la embarazada
miles de rostros
los rostros de los no natos
los rostros de los ausentes
los no rostros de los traidores
en ese terrible once de ent-once-s
nuevos cuerpos inmortales
en las mascaras y personajes
moviéndose alegres, sin premura,
con vida llena y con ganas,
con nuevos ideales
sin penas ni penos.
Nuevas mentes y cuerpos brillantes
bullentes de energía
delirantes con sus colores y sus pasos
acompasando el ritmo del universo
en la danza de los espejos del tiempo,
hombres y mujeres celestes
hombres, mujeres y jóvenes rojos y azules
hombres de blanco, hombres indígenas y criollos
hombres de cuatro metros en su danza de zancos
y… la risa de muchos niños del presente
felices, alegres alegrando a la Valentina.
martes, 22 de diciembre de 2009
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